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La competividad actual de la sociedad y la frustración

  • Foto del escritor: CoachMi
    CoachMi
  • 1 jul
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 3 jul

La competitividad surge en cualquier situación de nuestra vida: deportiva, sea profesional o amateur, en el ámbito profesional en cualquier centro de trabajo u oficina. incluso durante la celebracion de un curso o una formación, Situaciones en las que tratamos de ser mejor que el otro, ganar al otro, ser más que el otro. En estas situaciones, los que resultan ganadores muestran un talante de superioridad que, de modos distintos, afecta al carácter de las personas; mientras que los que resultan no ganadores pueden sentir desvalorización o falta de reconocimiento.

Y ¿cuál es la necesidad de demostrar esta superioridad?

Lo habitual que vengo observando es la falta de reconocimiento y para obtenerlo hago demostraciones hacia el entorno y hacia el otro, de lo que soy, de lo que valgo. Este comportamiento evidencia un reflejo de la propia inseguridad: priorizo el cómo quiero que me vean los demás y no me tengo en cuenta a mí mismo (escuchándome, observándome y aceptando lo que soy y lo que llevo conmigo, e incluso sentirme agradecido por ello); tampoco tengo en cuenta al otro desde una mirada empática y de quien debemos tener en cuenta que también le ocurren cosas en esta lucha social del Yo-Tu en busca de un reconocimiento de lo de fuera.

Las consecuencias detectadas

El proceso continúa con el planteamiento de expectativas, tanto para mí como para mi entorno y el adversario, es decir, interpreto o me invento lo que esperan o lo que pensarán de mi. Estas expectativas se reproducen en modo de pensamientos recurrentes y entra en juego nuestro Ego que, a través del diálogo interior que siempre nos acompaña (como un juez interno) me hace dar valor al resultado por encima del reconocimiento de mi propio esfuerzo; me hace sentir el miedo a no estar a la altura y puedo pensar que si no estoy a la altura me sentiré rechazado, excluido o cualquier sentimiento que puede ser catastrofico para cada individuo. Este sentimiento puede hacer que deje de lado lo que realmente quiero y necesito. Esto es lo que identificaremos como la represion de mi necesidad real y que me llevará a sentir frustración.

Frustracion y Sufrimiento
Frustracion y sufrimiento

Como hecho relevante y como resultado de las condiciones antes mencionadas, he podido observar casos en sujetos que de antemano se ponen en el papel de no ganador, muy posiblemente por la falta de capacidad para competir o no estar dispuesto a afrontar la frustración que, de forma contrafóbica y como acto de rebeldía hacia el entorno, afrontan competiciones con el propósito de perder y fracasar, lo que puede ocurrir de forma consciente o inconsciente. Esta conducta es muy característica en deportistas que desde edades muy tempranas sufren o han sufrido la presión de su entorno familiar o deportivo. Es muy probable que conozcas o hayas oido de algún caso.

Mi experiencia, aprendizaje y autocrítica

Señalo el comportamiento que estamos empleando como formadores o entrenadores en entorno a los jóvenes deportistas, incluso en las edades más tempranas. Podemos ver como la propia frustración de un padre o un entrenador y las expectativas que se crean sobre el deportista (incluso en su fase de formación) ponen el foco solo en la victoria, y hemos de poner conciencia en como esto puede tener como consecuencia trastornos de la conducta y afectar al carácter y comportamiento de la persona.

Es muy importante respetar el proceso de maduracion y crecimiento de un niño y no saltarse etapas durante este proceso y en esto aun queda mucho trabajo por parte de todas las partes implicadas (instituciones educativas y deportivas, profesores y entrenadores, madres y padres y otros activos en el proceso). Es necesario implantar desde las escuelas o clubes una cordinacion especializada entre las distintas etapas de crecimiento y formacion y facilitar la metodologia y recursos a los responsables de cada una en base a criterios, objetivos y contenidos adecuados para cada edad.

La propuesta para un modo de competir más sano

Como resumen y recopilando, este proceso de la competividad actual de la sociedad consiste en

  1. Para demostrar mi valor y estar a la altura, priorizo como quiero que me vean los demás y me olvido de mi y de lo que quiero. Detras de este modo de actuar está mi inseguridad y la represion de mi propia necesidad

  2. Genero expectativas y mi ego, motivado por el "qué pensarán y dirán", me dirige hacia el resultado en lugar de al reconocimiento y valor de mi esfuerzo segun mis límites y capacidades

  3. ¿que me puede ocurrir si no estoy a la altura? Siento miedo y si no obtengo el resultado imaginado, siento frustracion..

Basándome en el resultado que ha supuesto mi experiencia y mi aprendizaje, la propuesta es observar y poner conciencia en nuestra actitud durante y despues de competir o incluso al ver una competición de alguien cercano a nosotros: qué sentimos, explorar las sensaciones o emociones que nos genera, cual es el estado de nuestro cuerpo.

No dejar que los pensamientos dominen nuestro comportamiento, centrarnos en nosotros y no en lo externo, nos ayuda a conocernos y resulta sano para nosotros y para los que nos rodean.

Es una invitacion a la autoobservacion como adelanto a lo que proximamente mostraremos en este blog con una propuesta más desarrollada de trabajo personal para atravesar estas sensaciones y poder afrontar la competición desde el papel que nos toque en cada momento y con la tolerancia a la frustracion.

Te invito también a compartir con nosotros tu propia experiencia.

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